El caso es que tal día a las 9.30 de la mañana sonó el timbre de la puerta. Como yo no esperaba ningún paquete y no me tocaba levantarme hasta una hora más tarde pasé, pensando que si mi compañero de piso esperaba algo se levantaría él. Ninguno nos levantamos y yo volví de la universidad pasadas las 6 de la tarde. Cuando llegué a casa mi otro compañero me dijo que tenía una notita en el buzón donde ponía que me habían enviado un ramo de flores pero no había habido nadie en casa... :( Me lo merecía.
Así que me tuve que esperar al día siguiente para ir a buscarlo (aquí cierran todo muy pronto). Al verlo me hizo tanta ilusión y me pareció tan bonito que me hice un divertido maquillaje. Os dejo con las fotos, espero que os guste.
El ramo y yo, que hasta me puse florecitas en la cabeza para hacer juego. Siento que la foto esté un poco desenfocada, pero la luz no era muy estupenda y yo soy un poco desastre con las auto-fotos.
Este es el resultado final. De nuevo me da rabia que haya poca luz, pero es lo malo de vivir aquí, que hay muy pocos días soleados. Lo de los labios debía ser un corazón pero no me acabó de salir. También podemos interpretarlo como una hojita.
Y para finalizar una foto de los párpados, para que veáis el color rosa, precioso. Tiene una pigmentación alucinante. Es de Manhattan y lo hay en otros dos colores, un morado precioso y un turquesa (o azul no recuerdo exactamente).
¡Ah! El ramo era de mi padres y de Marta (mi hermana), la de Marramiaurecetas. Además venía con unos chocolates Lindt en forma de corazón buenísimos y riquísimos.